Te desdeñé alegría, fuí mal aconsejado. La luna me llevó por sus caminos . Los antiguos poetas me prestaron anteojos y junto a cada cosa un nimbo oscuro puse, sobre la flor una corona negra, sobre la boca amada un triste beso. Aún es temprano, déjame arrepentirme. No fuí justo, equivoqué mis pasos y hoy te llamo alegría. Como la tierra eres necesaria. Como el fuego sustentas hogares. Como el pan eres pura. Como el agua del río eres sonora. P Neruda
No hay comentarios:
Publicar un comentario