lunes, 1 de diciembre de 2008


Ahora bien, pájaros invisibles de la selva, del bosque, de la enramada pura, pájaros de la acacia y de la encina, pájaros locos, enamorados, sorpresivos, cantantes, músicos migratorios, una palabra última antes de volver con zapatos mojados, espinas y hojas secas a mi casa: vagabundos, os amo, libres, lejos de la escopeta y de la jaula. Solidaria y sonora sociedad de la altura, hojas en libertad, pétalos de humo, alegres, libres, alegres voladores y cantores, aéreos y terrestres navegantes del viento, felices constructores de suavísimos nidos, incesantes mensajeros del polen, vuelvo feliz de haber vivido con vosotros un minuto en el viento.

Pablo Neruda

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